El mes dedicado a nuestra Madre, la Virgen María, es un tiempo en el que, como cristianos, debemos aprovechar para profundizar sobre ella y contemplar el misterio de la voluntad de Dios en nuestra vida y en el mundo, para quien no hay nada imposible.Su vocación, nos ayudará a cada uno a sentirla y vivirla más cercana y reflexionar acerca del gran don que el Señor también nos ha regalado a cada uno de nosotros. La vida y con ella una misión concreta.
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